Kratie y Phnom Penh, delfines de río y 7 días en la capital camboyana
¡Llegamos a Camboya! Parece que los últimos que estuvieron aquí se dejaron la calefacción puesta, ¡menudo calor hace! Y no es que este último mes en Laos hayamos pasado frío, precisamente, pero esto cada vez va a peor.
Hemos comenzado nuestras andanzas por Camboya en la ciudad de Kratie (en realidad un pueblo grande), a medio camino entre la frontera con Laos y Phnom Penh, la capital. No es que haya demasiado que hacer aquí, pero nunca viene mal una parada para hacer el viaje más ameno.
Kratie tiene unos bonitos atardeceres, un ritmo tranquilo junto al Mekong y es considerado como uno de los mejores sitios para acercarse a ver los raros delfines de Irawadi.
Estos tímidos delfines de río se pueden ver a unos 15 kilómetros al norte de Kratie. Para ir hasta allí alquilamos unas bicis por 1 US$ y, poniendo a prueba nuestro nivel de sudoración, fuimos cuando el sol estaba en ese punto en el que no da ni sombra hasta el pequeño embarcadero desde el que los barqueros te llevan. Tardamos una hora en llegar, más o menos, y el paseo es bastante bonito. Hay mucha vida local, casas de madera, el Mekong a un lado y una agradable carretera muy arbolada en algunos tramos, lo cual supuso un respiro al implacable calor.
La visita a los delfines nos pareció cara. Tienes que alquilar una barca para 2 o 3 personas por la que pagas 9 US$ o 7 US$ por persona, dependiendo de si van 2 o 3, y el barquero te da vueltas por el Mekong durante 1 hora buscando delfines. Vimos bastantes delfines -o muchas veces los mismos, quién sabe-, lo malo es que sólo asoman un momento fuera del agua con lo cual realmente es una visita para ver «lomos de delfines», como bien veréis en las fotos. De todos modos esto es evidente, nadie espera que los delfines hagan cabriolas y salten por encima de la barca en la que vas.
Después de Kratie nos fuimos a Phnom Penh, la capital del país, a la que le hemos cogido más cariño del esperado. Quizás sea por no haber leído muchas cosas buenas acerca de ella, pero el caso es que a nosotros nos gustó más de lo previsto.
Algo que nos ha sorprendido al llegar es que en Camboya se utiliza el dólar americano. Además tienen el riel, pero éste se utiliza sobre todo como cambio, para cantidades pequeñas. Los cajeros suelen dar dólares.
El caso es que, como queremos visitar India en algún momento de este viaje, nos pusimos a indagar y leímos que tramitar el visado indio en Phnom Penh era buena idea. Más sencillo y barato que hacerlo en Bangkok, al menos. El problema es que hemos tenido que estar 7 días en la capital camboyana esperando al visado, así que nos ha dado tiempo a conocerla bien, aunque nos lo hemos tomado con calma.
Phnom Penh derrocha esencia asiática por los cuatro costados. Es una mezcla de amplias calles cuidadas con tráfico espantoso y numerosas callejuelas repletas de basura sin ninguna iluminación. La gente nos pareció agradable y hay algunos sitios en la ciudad y alrededores que merece la pena visitar.
Para los que no lo sepan, Camboya vivió unos años trágicos en los 70. En primer lugar hubo una guerra civil entre el dictador golpista Lon Nol, que apoyaba a los americanos y a Vietnam del Sur durante la guerra, y los Jemeres Rojos, un grupo guerrillero formado a partir del Partido Comunista de Kampuchea. Posteriormente, tras la victoria por parte de los Jemeres Rojos en 1975, siguieron 5 años de destrucción de la vida urbana, la propiedad privada y todo rastro de cultura e intelectualidad culminados con la persecución y exterminio de más de 2 millones de personas, más de una cuarta parte de la población camboyana, por parte del régimen de los Jemeres Rojos. Es increíble como en tan poco tiempo se pudo hacer tanto daño y en Phnom Penh hay un par de sitios que son perfectos para hacerte una idea de lo que ocurrió aquí hace 40 años. Dejo otro enlace al genocidio camboyano, por si os interesa leer más.
Lo más interesante es quizás la visita a los Campos de Exterminio de Choeung Ek. Este lugar, a las afueras de Phnom Penh, era el principal lugar utilizado por los Jemeres Rojos para asesinar sin miramientos a cualquiera que consideraran sospechoso, y fueron muchos. La visita incluye una audioguia que te explica bastante bien la historia de este lugar. Hay un mausoleo en recuerdo de las victimas que alberga más de 5000 cráneos humanos.
Otro sitio interesante es la antigua prisión de Tuol Sleng, hoy reconvertido en museo del genocidio. Los Jemeres Rojos, tras tomar Phnom Penh en 1975, expulsaron a toda la población de la capital en sólo unos pocos días, enviándolos al campo, y utilizaron un antiguo colegio para construir en él una prisión secreta de seguridad en la que interrogaban y torturaban a cualquier posible opositor. Se estima que unas 20.000 personas pasaron por allí en los 4 años que duró el régimen, para acabar siendo asesinados posteriormente en los Campos de Exterminio de Choeung Ek.
Después de estos pedacitos de trágica historia camboyana, otro de los sitios a visitar en Phnom Penh es el Palacio Real. Similar en estilo al de Bangkok, es una colección de edificios y varias piezas de arte que merece la pena visitar, aunque la entrada cueste 6 US$. Hace bastante calor y hay que ir decentemente vestido, cosa que pocas veces hacemos. Al menos no hay que ir de manga larga, como en el de Bangkok.
Así hemos pasado 7 días paseando por las calles, visitando lugares y mercados y haciendo nuestras gestiones en Phnom Penh, una ciudad interesante para pasar unos días. ¡Ahí van las últimas fotos de la capital!
Ya con nuesto visado para la India en mano continuamos rumbo sur, hacia la playa, que apetece. Antes de eso pararemos en Kampot, un tranquilo pueblo casi costero del que os hablaré en el siguiente capítulo.
Como despedida, para sofocar el calor de Phnom Penh decidimos hacernos un corte de pelo estilo camboyano, ¡vivan las peluquerías locales! La peluquera entendió que Camboya tiene un tráfico muy peligroso y veló por nuestra seguridad para que estuviéramos preparados ante cualquier eventualidad, así que nos incrustó un bonito casco capilar perfectamente integrado. Aquí podéis ver el resultado, ¡con un poco de atrezzo y unos calzoncillos en la cabeza todo mejora!
¡Nos vemos en el siguiente capítulo!
Datos Prácticos
Alojamiento
- Kratie: Nos alojamos en el Star Guesthouse. Nos dejaron la habitación en 5 US$ (costaba 6 US$) y por lo que parece nos dieron la mejor habitación. Con baño (agua fría) y ventilador, ninguna queja, la verdad. En la parte de arriba hay una azotea con un gran restaurante, la comida no está mal de precio y calidad. En la carta aparecen platos como pisto, gazpacho… pero no tienen ni idea de cómo hacerlo. Para eso es mejor bajar justo a la esquina de la calle, hay un restaurante regentado por un español y hacen los 3 mismos platos (casi todo asiático) y están mejores, a precio asequible.
- Phnom Penh: Habíamos leído que en la capital todo era mucho más caro y de una calidad pésima. Pues bien, debimos tener suerte, porque si bien sí que era algo más caro, la verdad es que la habitación estaba genial. Nos quedamos en el Capitol Guesthouse, una enorme pensión junto a la agencia de buses del mismo nombre (también barata). Todos los tuk tuk conocen el sitio. Pagamos 6 US$ por la habitación doble con baño (agua fría) y dos ventiladores. En realidad era una twin, tenía dos camas bastante grandes. Todo muy limpio, con un baño en condiciones y una ventana a la calle (cosa rara en muchos alojamientos baratos de Phnom Penh, al parecer).
Transporte
- Bus Laos – Kratie
Hablé del transporte para cruzar la frontera en el post anterior
- Kratie – Phnom Penh
Puedes ir en bus local o en minivan, parece ser que cuestan lo mismo: 5US$ (aunque vimos precios más altos de minivan, según donde miraras). Como nos dijeron que el bus tardaba unas 6 horas optamos por la minivan, tardó 4 horas en llegar y fue un viaje bastante cómodo aunque el conductor parecía que estaba echando una carrera contra la muerte.
- Phnom Penh – Kampot
Fuimos con Capitol Tours, los mismos de la guesthouse donde nos quedamos. Creo que es una de las opciones más baratas. El billete cuesta 5 US$ y hay 2 o 3 buses al día. Aunque están viejos, los buses son cómodos y funcionan bien. Llegamos puntuales 4 horas después a Kampot.
- Moverse en Phnom Penh
Los tuk tuk son la mejor opción, aunque si te gusta caminar puedes recorrer gran parte de la ciudad andando. Al final el calor y el cansancio te hacen coger algún tuk tuk que otro.
En distancias cortas se puede pagar 1 o 1’5 US$, a partir de ahí suele ser proporcional.
Para ir a los campos de exterminio de Choeung Ek, que están a más de 20 kilómetros, nos dijeron que el precio era de unos 10 – 12 US$ mínimo. Nosotros conseguimos uno que nos llevara por 8 US$ pero una vez allí nos engañó y nos dijo que ese precio era sólo por la ida. Le dimos 4 US$ por la ida y le dijimos que no nos volviera a enseñar su cara. Para la vuelta nos costó encontrar un tuk tuk a un precio decente, ya que los 50 tuk tuk que había allí estaban esperando a sus clientes para llevarles de vuelta (éramos los únicos con la oferta especial «sólo ida»). Al final pudimos volver por 5 US$ compartiendo tuk tuk, o sea 9 US$ en total.
Todas las Fotos
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