Jaisalmer, tocando el desierto
Situada en el desierto de Thar, la ciudad de Jaisalmer es llamada también la «ciudad dorada» por el color amarillento que le proporciona la arena que la conforma y la rodea. En esta ciudad de 80.000 habitantes, coronada por un espectacular fuerte repleto de intrincados callejones, hemos alcanzado la temperatura máxima de este viaje, y dicho sea de paso, de toda mi vida. 51 grados llega a marcar el termómetro, según nos han dicho. Caminar por la calle a pleno sol es un atentado a la salud, los pies arden al contacto con el suelo. Pese a todo la ciudad dentro del fuerte es una delicia, la arquitectura de sus edificios, con ese tono color arenisca, es fabulosa, y allí adentro se respira un aire mucho más sosegado que en la bulliciosa Jodhpur. Se aprecia que es temporada baja, apenas hay turistas y muchos de los establecimientos están cerrados. Por todo el centro del fuerte de Jaisalmer hay carteles que rezan éste o aquel tipo de comida internacional y numerosos pequeños hoteles se aglutinan en el conglomerado de enrevesadas calles, pero a la hora de la verdad muchos están cerrados, al igual que las tiendas. Entendemos que sea temporada baja, hace un sol de justicia, pero a cambio estamos solos, hay una total ausencia de turismo en la ciudad. Tras ser llevados por un conductor de rickshaw a un hotel de su «recomendación» (=comisión) para posteriormente marcharnos del lugar por no ser ciertas la mitad de las cosas que nos ofrecía, nos conformamos finalmente con unas sobradamente aireadas habitaciones en Sagar Guest House, un sitio más que decente, y dedicamos un par de días a explorar los pequeños rincones de la ciudad, botella de agua en mano.
Una de las actividades que se ofertan en Jaisalmer es hacer una pequeña ruta en camello por el desierto de Thar. Doy fe que nosotros lo intentamos, hicimos el amago, pero llegado el momento y por problemas logísticos finalmente no acudimos. Aunque, dicho sea de paso, yo no estaba plenamente convencido de ello; me pareció un poco turistada, más adornos y florituras a la actividad que una propia actividad en sí interesante, aunque ahora ya me quedaré sin saberlo. Las rutas, en cualquier caso, van desde 1 día la más corta a pasar varios días en el desierto, precios siempre a negociar y regatear, por supuesto. Y hasta aquí Jaisalmer, muy interesante ciudad; tuvimos que decantarnos entre Udaipur y Jaisalmer por falta de tiempo, y finalmente ganó esta última. A falta de ver Udaipur no me arrepiento para nada de la decisión de ir Jaisalmer .
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