Bratislava

Bratislava, una escapada en Centroeuropa

Bratislava, segunda parada de nuestro viaje por los Balcanes (vale, Eslovaquia no está en los Balcanes, y qué?).

Decidimos escaparnos un par de días a ver Bratislava, al fin y al cabo son dos horitas y media en tren (17 €) y la capital eslovaca se lo merecía, estando tan cerca.

Eslovaquia, en mitad de Europa, rodeada de países –Polonia, Ucrania, Hungría, Austria y República Checa– y sin mar a la vista. Se dice de ella que tampoco tiene demasiados sitios que merezca la pena visitar, quizás sea por eso que nunca está entre los destinos obligatorios a los que ir, según guías y foros de viaje.

Volvamos a Bratislava. Con alrededor de 400.000 habitantes, esta pequeña capital Europea en la frontera con Austria (60 km de Viena) es lo que podríamos llamar una «vieja» ciudad europea. Atravesada por el Danubio como varias de sus capitales vecinas -pasa por 4 en total-, Bratislava conserva la arquitectura barroca en su ciudad vieja (Stare Mesto) en combinación con la herencia comunista que se aprecia en las afueras de la ciudad.

La verdad es que da la impresión de ser una ciudad aseada, limpia, ordenada… muy Europea, excesivamente Europea. El centro es bonito, con bastantes edificios barrocos, pero también es pequeño y se ve en medio día tranquilamente. La ventaja de esto es que toda la ciudad es muy «paseable», no hay necesidad de usar transporte público ni de orientarse mucho para moverse de un lado a otro, está todo al alcance de la mano.

 

Lo que más lejos queda puede ser el Castillo de Bratislava, situado en una colina. Hay que ir dando un paseo para llegar hasta allí,  y una vez en él hay muy buenas vistas de la ciudad. En nuestro caso, por desgracia, lo encontramos cerrado al llegar. No sé si por hora, por día o por torpes, pero lo estaba.

Así que esa fue nuestra breve visita a Bratislava. Básicamente consistió en pasear y pasear por la ciudad, empaparnos un poco del ambiente, hacer una noche allí y al día siguiente volver para Budapest.

 

COMIDA

  • Comimos en un restaurante-pub llamado Europa, en Obchodná, una de las principales calles comerciales de la ciudad vieja. La verdad es que estaba bastante bien en cuanto a calidad y precio, ya que la comida rondó los 6 € cada uno.
  • También estuvimos en otro restaurante con estética comunista llamado KGB, esta vez cenando.
  • Un sitio que nos gustó bastante es un pabellón de verano que montan en la Slovak National Gallery. Es un gran espacio verde abierto por un lado con un bar, música, mesa de ping-pong, ajedrez gigante y una multitud de hamacas para tumbarse tranquilamente. Recomendable!

 

 

ALOJAMIENTO

Nos alojamos en el Patio Hostel, un pequeño hostel en la calle Špitálská, en la parte sureste de la ciudad vieja. Nos costó 17 € por cabeza en una habitación de 6 camas. El hostel no estaba mal. Sencillo, sin más.

 

La conclusión acerca de la ciudad es que Bratislava no está mal para pararse y dedicarle un día o quizás dos, pero no creo que requiera más. Lo bueno es que está cerca de muchos sitios en Centroeuropa, y muy bien comunicada, con lo que el esfuerzo para llegar hasta ella es muy escaso. Por ejemplo desde Viena se puede ver perfectamente en una excursión de un día.

 

 

Siguiente entrega, Belgrado!

 

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