De Milford Sound a Queenstown

De Milford Sound a Queenstown: Fiordland

Fiordland: un recorrido de Milford Sound a Queenstown.

 

Esta es la tierra de los fiordos de Nueva Zelanda, el suroeste de la isla sur, donde las carreteras sólo llegan a unos pocos lugares y el resto es vasta naturaleza! Milford Sound es uno de esos sitios. Para llegar hasta aquí sólo hay una carretera que parte desde el pueblo de Te Anau y te conduce durante dos horas primero en ascensión hacia el interior de las montañas, luego a través de ellas por un tosco e impresionante túnel y por último en un vertiginoso descenso hasta donde empieza el fiordo. La carretera acaba aquí, después tendrás que volver por donde has venido.

 

Al ver las cuatro casas que componen Milford Sound nadie diría que éste es uno de los principales destinos turísticos del país. Antes de venir pensaba que sería un pueblo con sus tiendas, bares, supermercados… Pero no, no es el caso. Si tienes que comprar provisiones o echar gasolina más te vale hacerlo antes en Te Anau, porque aquí lo único que hay es un lodge con habitaciones y parcelas para las caravanas (donde nos quedamos nosotros), una cafetería y el muelle del que salen los barcos que te llevan a ver el fiordo de Milford Sound.

La más conocida de las 9 Great Walks (grandes rutas) de Nueva Zelanda, junto con la de Abel Tasman, es la Milford Track, una ruta de 4 días caminando que finaliza justo en Milford Sound. Por clima, tiempo y precio no la hemos podido hacer, y me he quedado con muchísimas ganas, dicen que es impresionante. Una vez en Milford Sound, para ver el fiordo puedes elegir entre un barco que hace una ruta de cerca de 2 horas -dependiendo de la compañía- o alquilar un kayak. Como el clima ha sido malo y el precio de 130 NZD (82 €) por persona nos parece prohibitivo, hemos declinado la opción del kayak, así que hemos optado por uno de los cruceros que te muestran el fiordo por 75 NZD  (47 €), que tampoco es barato.

La verdad es que el entorno de Milford Sound es espectacular! Con picos que ascienden desde el fiordo hasta los 1500 metros, de un verde que quita el aliento, arropados por la niebla y salpicado todo ello por innumerables cascadas que caen desde lo alto de las paredes hasta morir en el fiordo, es uno de los sitios que hay que conocer en Nueva Zelanda sí o sí; aunque llueva, como nos ha pasado a nosotros (dicen que es el sitio más húmedo de Nueva Zelanda).

 

 

Después de Milford Sound fuimos en nuestra campervan hasta Queenstown, a unas 4 horas de viaje (volviendo por Te Anau).

Queenstown es junto a Wellington la ciudad que más me ha gustado de Nueva Zelanda, aunque tampoco es que haya muchas para elegir. Es la capital de invierno, el centro de esquí, una pequeña ciudad en el lago entre montañas que quintuplica sus 10.000 habitantes durante la temporada alta. Tiene encanto y está ubicada en un entorno que ayuda a que lo tenga. Con deportes de aventura a raudales en la temporada de verano y nieve en la de invierno, tiene los ingredientes ideales para estar ocupada todo el año. El problema para nuestro presupuesto: los precios, como siempre. Pocas cosas bajan de los 100 NZD (63 €), así que nuestro deporte de aventura ha sido visitar los alrededores y echarnos un mini-golf, desmelene total!!

 

Nos hemos acercado a Glenorchy y Paradise, siguiendo el lago desde Queenstown a una escasa media hora. Glenorchy es un pueblecito pequeño a orillas del lago, con más opciones de deportes de aventura pero infinitamente más tranquilo. Paradise es donde la carretera de Glenorchy continua y se convierte en gravilla y más adelante en barro; cuando nuestras ruedas comenzaron a patinar decidimos parar. Bonitos paisajes del inicio -o final- de la Routeburn Track (otra Great Walk) y numerosas ubicaciones del Señor de los Anillos.

 

 

Hacia el norte está Arrowtown, una histórico pueblo minero que intenta mantenerse con la misma apariencia de entonces pero dedicándose al turismo. La verdad es que es una imagen muy bucólica: todas esas antiguas casas en el valle junto al río con los amarillos y anaranjados árboles del otoño.

 

Y antes de despedirnos de Fiordland, siguiendo la ruta norte en dirección a Westland, hicimos una breve parada en Wanaka, también junto a un lago. Parece una versión (muy) reducida de Queenstown, y pese a que estuvimos tentados de quedarnos una noche para hacer un trekking al día siguiente, finalmente seguimos marcha y paramos a dormir con nuestra campervan en mitad de ninguna parte, en la carretera que atraviesa los alpes neozelandeses hacia la costa oeste, carretera que a día de hoy sigue cerrándose por las noches por un corrimiento de tierras.

 

 

Así que para el siguiente capítulo: costa oeste de Nueva Zelanda!

Todas las Fotos

 

 

 

 

Leave a reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

3 comments