Siempre he sabido que tarde o temprano iría a la India. Cuando has convertido el viajar en tu principal afición -u obsesión- hay constantemente infinidad de lugares que quieres visitar, que te gustaría conocer, y poco a poco a lo largo de los años vas recorriendo países, ciudades y culturas distintas allá por donde puedes; de la misma manera hay gente que te va diciendo «a este paso te vas a quedar sin sitios que visitar». Lejos de ser cierto, en realidad es todo lo contrario, tienes la impresión de que esa pequeña libreta de destinos que tienes se va ampliando y ampliando, que te faltan hojas en la libreta, o quizás debería decir años en la vida. Es como aquel viejo dicho que venía a decir algo así como que cuánto más conoces más te das cuenta de todo lo que ignoras.
Y así, un día cualquiera de Primavera, me junté con Durán, amigo y compañero de varios viajes, seguramente para tomar unas cervezas, en cualquier sitio de nuestro Torrejón natal, y me dijo:
– «Oye, y si vamos a la India este verano?»
– «Vale, por qué no?».
Simple, escueto, directo. Por qué no? Así que esa fue toda la planificación y la motivación necesaria, no fue movido por un viejo anhelo juvenil, como mucha gente tiene; no era un lugar al que ansiara ir, o mejor dicho no más que a muchos otros. Simplemente sabía que iría, tarde o temprano. Igual que ahora, tras haber estado, sé que volveré.
Porque quizás, cuando ya tienes un cierto número de viajes a tus espaldas, a veces puedes correr el riesgo de ser menos impresionable, de que todas las maravillas o extravagancias que te cuentan de un lugar sean un poco «exageraciones», por llamarlo de algún modo. Quizás pudiera pensar eso antes de ir. Y qué equivocado podía llegar a estar! India sin duda es un país fabuloso, que no deja indiferente, que te mantiene vivo; un país en el que tienes que pelear casi constantemente con todo lo que quieres hacer, intenso. Al menos en nuestro caso ha sido un viaje diametralmente opuesto a un viaje de placer. «De placer» tal y como se entiende en cualquier agencia de viajes en la que, al entrar por la puerta, dijeras a la persona tras el mostrador: «hola, buenos días, quería un viaje, un viaje de relax«. Nunca te mandarían a la India. Al menos no así.
Así que allá nos hemos ido, finalmente se sumaron a la expedición el Meta y Jose, fuimos 4 -buen número para viajar- los que hicimos una excelente travesía por este riquísimo país que te desborda los sentidos, y aparte de todo lo que allí hemos visto, este viaje se ha caracterizado por pasar 3 semanas sin absolutamente ningún problema entre los cuatro y viviendo todos como realmente nos ha apetecido, y eso se valora, siempre es difícil no tener ni un roce durante tanto tiempo entre 4 personas.
Entonces, allá vamos con esta nueva historia, voy a intentar explicar un poco los lugares que hemos visitado y las impresiones que me he llevado, y lo voy a intentar hacer de la mejor manera posible y sin resultar demasiado cargante, a ver si me sale… Comencemos!
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