Hong Kong

Hong Kong, el occidente de oriente

Hong Kong, donde oriente se acerca a occidente

Después de la vuelta a la civilización que tuvimos en Kuala Lumpur, después de las despedidas y del cambio de país, hemos dado paso a otro reencuentro (seremos tres durante 3 semanas). También hemos dado paso a una nueva urbe más cosmopolita, más aún que la capital malaya, y por supuesto a un cambio cultural bastante notable.

Hemos llegado a Hong Kong, donde estaremos 4 días y donde nos hemos reunido con el Carlos, que viene de España directo a pasar 3 semanitas de vacaciones con nosotros.

Muchas ciudades te rompen los esquemas para bien o para mal, no te cuadran con la idea preconcebida que te hacías de ellas. Hong Kong, no sé por qué, es básicamente como siempre me la había imaginado: una ciudad moderna asiática con un importante toque occidental.

Lo que más me ha sorprendido de la ciudad es la altura media de todos sus edificios. De hecho, es la ciudad con más rascacielos del mundo, ahí es nada. El tener tan limitado el espacio de expansión hace que se vean obligados a edificar hacia arriba, buscando el cielo. Verás gigantescos edificios casi por donde vayas, y no sólo rascacielos empresariales si no también enormes bloques de hormigón que son apartamentos y viviendas.

Otra cosa que me ha sorprendido bastante es el nivel de inglés, mucho más bajo de lo que esperaba. Pese a haber sido colonia británica durante más de 50 años la gente habla un inglés muy básico o incluso ni lo habla, aunque es fácil desenvolverse por esta ciudad.

 

 

Hong Kong se divide en varios distritos. Los más grandes en extensión ocupan la parte contintental, pero el nucleo económico y el centro de la ciudad se encuentran en la parte norte de la Isla de Hong Kong. Aquí puedes ver cómo se fusionan los grandes edificios corporativos y las tiendas más caras con los puestos callejeros de comida asiática. Es la parte que más recorrimos nosotros, y hay varios edificios a los que puedes subir (gratis) y disfrutar de las vistas desde lo alto. Así que nos dedicamos a subir y subir como los monos a los árboles, para disfrutar de las vistas.

Quizás si vengas directamente desde tu casa a Hong Kong esto te parezca otro mundo, y en cierta manera lo es. Con sus luces de neón en chino y sus gigantescos edificios a veces pareces estar inmerso en Blade Runner o Ciberpunk. Pero por otro lado, si vienes después de haber estado algunos meses en Asia también te sientes más como en casa en esta ciudad. Puede ser por toda la variedad de comidas que puedes encontrar o por el tema de que las cosas funcionan bien y no hay caos, o porque el transporte es eficiente, o porque puedes encontrar de todo… En definitiva son un cúmulo de cosas que acercan Hong Kong a lo que estamos acostumbrados, aunque las diferencias culturales sean enormes.

En realidad, por diferentes motivos, nos tomamos la visita a Hong Kong de una manera bastante relajada, y por ejemplo no fuimos a ninguna de las islas circundantes, aún sabiendo que merecen la pena. Nos centramos sobre todo en la Isla de Hong Kong, yendo varias veces a los mismos sitios, paseando por sus calles y barrios: Central, Admirality, Wan Chai y sus empresas, las pequeñas tiendas de antigüedades en Hollywood Street, tomar unas copas y disfrutar del ambiente (siempre hay que hacerlo!) en Lan Kwai Fong, pasear por el Hong Kong Park, buscar a Jackie Chan cayendo de la Bank of China Tower… Una de las visitas obligadas, el Peak -el monte al sur de la ciudad desde donde hay unas vistas espectaculares-, fue una de las cosas que nos perdimos. Millones y millones de humanos hacían cola para subir al tranvía, nos dio infinita pereza.

En el distrito de Kowloon nos acercamos a ver el International Commerce Centre, el edificio más alto de la ciudad con 484 metros de altura. En la última planta hay un bar -el bar más alto del mundo- desde el que las vistas son espectaculares, aunque con las copas también te clavan (12 € un ron con coca cola) al menos te ahorras el pagar por subir a un mirador. Mucho mejor pagar por una copa en lo alto de la ciudad que pagar más aún sólo por subir, como en muchas otras ciudades.

También pasamos mucho tiempo de nuestra estancia en Hong Kong en el barrio de Aberdeen, donde estábamos alojados. Es un barrio con verdadero aspecto de barrio (si obvias los edificios de más de 2o plantas) y se respira un ambiente distinto del que vimos en el centro de Hong Kong. Más tranquilo, tiendecitas, biblioteca… Está separado del centro de Hong Kong por el interior montañoso de la isla y se notan las diferencias, hay una zona de puerto con pescadores y muy pocos turistas. Le cogimos cariño al barrio, era casa.

 

 

 

Y poco más contaré de Hong Kong. He tardado en escribir porque ya nos encontramos en China y aquí el tema de internet tiene sus dificultades y restricciones a nivel estatal, de hecho hasta ahora no había podido entrar al blog, no sé porque ahora sí, habrá una brecha en su seguridad. Así que seguiremos actualizando, los 3 entendiéndonos a duras penas con los chinos mientras intentamos sobrevivir unos cuantos días en este gigantesco país.

 

 

Datos Prácticos

Alojamiento

Estuvimos 4 noches haciendo couchsurfing en casa de Ken y Minnie, en el barrio de Aberdeen, al sur de la isla de Hong Kong. Couchsurfing es lo mejor que puedes hacer si vienes a Hong Kong y quieres ahorrar, porque los precios de los alojamientos son bastante desorbitados; el espacio escasea y el metro cuadrado está muy caro. Nos sentimos como en casa en su apartamento, la pena es que apenas coincidimos con Ken y Minnie porque nosotros fuimos entre semana y ellos tenían que trabajar. Pasamos horas en la azotea de su pequeño edificio, charlando con cervezas rodeados de gigantes de hormigón.

 

Vistas desde la azotea de casa - Hong Kong
Vistas desde la azotea de casa – Hong Kong

 

Transporte

El transporte dentro de Hong Kong depende de las zonas en las que te quieras mover. Dentro de la isla de Hong Kong, por ejemplo para ir a nuestro barrio de Aberdeen y a muchos sitios de la ciudad, lo mejor y más barato son los autobuses. La ciudad está muy bien surtida de ellos y además son baratos.

Entre el norte de la isla de Hong Kong y el distrito de Kowloon hay un metro que funciona también muy bien y tampoco es muy caro. Parece que lo están expandiendo para cubrir más territorio.

Para ir a otros puntos como diferentes islas hay ferrys desde varios puntos de la ciudad.

Para salir de Hong Kong hasta Guangzhou, ya en China propiamente dicha, fuimos en un tren de unas dos horas. El precio del billete está en unos 20 € y hay 8 o 10 al día.

Visado Chino

Para entrar a Hong Kong no necesitas visado. Sin embargo si posteriormente quieres visitar China necesitarás antes tramitar un visado para poder entrar al país.

Si, como en nuestro caso, no vienes directamente de España, que sepas que en Hong Kong puedes tramitar el visado chino. No lo haces directamente a través de la embajada si no a través de alguna de las agencias que tienen permiso para gestionarlo.

Cuando buscamos en internet vimos varios tipos de informaciones que decían que desde Hong Kong no se podía, pero no es cierto, se puede. A nosotros nos salió por 33 € cada uno (conseguimos un cupón de descuento de 12 €, increíble, un cupón para un visado) y tardaron 3 días en tramitarlo (lo solicitamos un lunes y lo recogimos un jueves). En esos días estarás sin pasaporte. Lo único que necesitas es tu pasaporte, rellenar el formulario que te dan en la propia agencia y una foto de carnet. Nada más. Ni alojamientos reservados, ni copias de anteriores visados chinos que hayas solicitado (llevábamos todo eso y no nos hizo falta). También hay una opción express pagando más, creo que lo tienen en el mismo día o al día siguiente.

La agencia con la que tramitamos el visado se llamaba Forever Bright, y estaba en la novena planta del Mandarin Building, en cuyos bajos hay un centro comercial. Esto está en el barrio de Kowloon.

Todas las Fotos

 

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